aliviada, pero no solucionada

on el comienzo del mes, la situación de nuestros recursos hídricos es solo parcialmente conocida. Conocemos los datos, proporcionados por el Estado, de las reservas que contienen los embalses, pero seguimos sin conocer la situación de los acuíferos.

Las reservas de Andalucía han llegado hasta 4.781 Hm3, incrementándose en 1260 Hm3 con las lluvias, de la capacidad total de 12.000 Hm3. De las aguas subterráneas no se habla, a pesar de los importantísimos consumos que de ellas se hacen en la agricultura.

En el caso de la Demarcación del Guadalquivir, las lluvias de la última semana han posibilitado un fuerte ascenso respecto al agua embalsada, pero la prudencia debe ser la norma que impere en la gestión del recurso de cara a la próxima comisión de desembalse. No olvidemos que ya hay sectores productivos, como el sector arrocero y los grandes regantes, que reclaman aumento del agua disponible e incluso hablan de que podría haber cosechas casi normales. A pesar de que la cuenca se encuentra actualmente cerca del 43% de agua embalsada, lo que supone 17 puntos mejor que hace un año, no hay que perder la perspectiva de que seguimos estando 13 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años.

La situación que padece la cuenca del Guadalquivir no es solo de sequía por menores precipitaciones, sino de escasez estructural por la sobreexplotación de los recursos hídricos. Seguimos teniendo más demandas que agua disponible: más de 200 hm3 de diferencia entre  los recursos disponibles y las demandas de los usos existían al inicio del tercer ciclo de planificación de la cuenca.

En la Cuenca del Guadalete Barbate, la situación ha mejorado, pero sigue siendo alarmante al encontrarse solo al 27,20% de disponibilidad de sus recursos embalsados. Su situación previa a las recientes borrascas era tan precaria que todo lo caído solo ha aumentado un 5,1% los recursos superficiales. La euforia de ver al pantano de los Hurones, en la cabecera del Guadalete y en la Sierra de Grazalema, desembalsando, hay que rebajarla ya que se trata de un pantano de mediana capacidad, que recibe, además, aguas del Trasvase Guadiaro-Majaceite.

Sin duda alguna las lluvias de las últimas borrascas han sido beneficiosas para los recursos hídricos de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, si bien, como es habitual, dada la trayectoria del frente atlántico, las mayores descargas de lluvia se han producido en las cuencas occidentales de Andalucía. Aun así, comarcas en situación de sequía extrema, como la Axarquía, la lluvia ha permitido embalsar 8 hm3, lo que lo salva de su condición de “embalse muerto” que hasta ahora tenía, si bien esta cifra está todavía lejos de salir del estado de gravedad, pues para ello necesitaría alcanzar 41,5 hm3. Estos datos no permiten afirmar que se haya salido del estado de sequía; al contrario, ahora viene un periodo de sequía estacional (verano prolongado) en el que se consumirá más agua por el turismo, la evapotranspiración vegetal y la evaporación del agua embalsada, quedando la cuenca en un estado precario para los meses posteriores si no se restablecen las lluvias estacionales de otoño. Por este motivo, hay que considerar, que preventivamente debieran seguir vigentes todas las restricciones aprobadas en la última comisión de sequía de las Cuencas Mediterráneas, tanto para usos agrarios como turísticos (piscinas, campos de golf) y urbanos.

Las Cuencas del Tinto, Odiel y Piedras se han visto beneficiadas por la mucha agua recibida y, a día de hoy, sus recursos superficiales del 84,28% de la capacidad de embalse, son los más desahogados de Andalucía. Esperamos que ante el tiempo estival al que entraremos pronto, la prudencia y buena gestión de los recursos sea lo que rija los acuerdos de su Reunión de Gestión de Sequía.

Con respecto a las cuencas del interior de Andalucía, Ecologistas en Acción recuerda a los Ayuntamientos que existe la obligación de aprobar planes de emergencia por sequía en los municipios de más de 10.000 habitantes, tal y como exige la Ley de Aguas de Andalucía (art. 63). Muchos municipios de las provincias de Huelva, Cádiz, Málaga y Almería no los tienen a día de hoy.

Respecto a los consumos urbanos del agua en Andalucía (sobre un 15% del total), consumos mucho menores que los agrícolas (sobre un 80% del total), se han aprobado antes de las lluvias consumos por habitante y día  de 160-180 litros y menos; ahora la Consejera Carmen Crespo habla de llegar hasta más de 200 litros. A Ecologistas en Acción le parece que abrir la horquilla a más de 200 litros es irresponsable. Hay que lanzar mensajes de ahorro en los consumos urbanos, aunque no sea el principal problema que tenemos, que es la sobreexplotación por los usos agrarios.

Igualmente las restricciones se deben seguir aplicando, teniendo en cuenta que ahora tenemos unos suelos empapados y aliviados. No se pueden permitir situaciones como la del río Guadiaro, que llegó a secarse por completo, y que a pesar de las lluvias caídas “tiene que regar” junto al Genal y Hozgarganta, 1000 Has de frutas tropicales en intensivo que no están contabilizadas y que volverán a producir estrés hídrico, y que provocarán la pérdida de los caudales ecológicos en la ZEC Guadiaro- Hozgarganta

Exigimos prudencia, aunque hayamos tenido un periodo de lluvias generoso con un desigual reparto entre la parte oriental y occidental. Sería un error volver a una situación de normalidad imaginada, ya que se puede volver a la situación de los embalses de hace pocas semanas.

Hay que gestionar el recurso teniendo en cuenta las previsiones de cambio climático y de menores retornos. Y es más necesario que nunca gestionar el recurso con criterios de sostenibilidad impidiendo el ritmo crecentista de la superficie de regadío. Y sobre todo hay que gestionar las demandas de agua en función de los recursos y no al revés, como se viene haciendo en Andalucía.

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Preparémonos para la paz, mejor